
Diferencias entre los radares dobles y los radares pedagógicos
La clave para la DGT es detectar todos aquellos excesos de velocidad que se cometan en las carreteras de nuestro país, ya que son una de las causas principales de accidentes todos lo años. Para ello, la instalación de radares dobles sirve como herramienta de vigilancia y concienciación para evitar que se superen estos límites de velocidad.
Existen diferentes tipos de radares, por lo que en este post vamos a diferenciar dos de los más importantes, opuestos entre sí.
Por un lado, los radares dobles, que son los que pueden llegar a multar dos veces seguidas; y por otro lado, los radares pedagógicos, los cuales agradecen el cumplimiento de la normativa.
Los radares dobles
La Policía Foral de Navarra fue quien comenzó a instalar este tipo de radar, que se parece a los denominados como «en cascada». Estos radares son sistemas camuflados, instalados después de un radar fijo. De esta forma, se pretende captar la infracción en dos momentos diferentes.
Sin embargo, los radares dobles son dos sistemas fijos que se localizan uno seguido del otro, pero a una distancia muy corta, que ni siquiera necesitan ser camuflados. Esta idea surgió en Francia, donde usualmente son frontales, por lo que les costaba fotografiar las matrículas de los imprudentes.
En este país, la solución pasó por instalar radares fijos con dos cámaras situadas en puntos distintos. De esta manera, una de ellas capta la parte delantera del vehículo, con el fin de reconocer al infractor, y la otra registra la parte trasera, para obtener la matrícula.
Este tipo de radar todavía no ha sido aprobado por la DGT en nuestro país, aunque sí se utilizan aparatos de medición. Se instalan en un mismo tramo a poca distancia entre ellos.

Este tipo de radares se localizan en zonas muy concretas, sobre todo en tramos de túneles o que tengan una especial peligrosidad. Recurrir multas de este tipo de radares es un tema muy complejo, ya que son dos sanciones diferentes, una por cada radar y en diferentes minutos, por lo que los recursos de multas están a la orden del día.
Los radares pedagógicos
No todo es recibir dos multas de golpe, sino que existen otros radares para nada tan agresivos, sino todo lo contrario. En la mayoría de ocasiones pensamos en los radares como algo perjudicial, algo que equivale a un disgusto. Pero la realidad puede ser otra, ya que puedes encontrar radares amables, que te dan las gracias por no ser un temerario y respetar los límites de velocidad establecidos por ley.

El Ayuntamiento de Santiago de Compostela ya ha instalado hasta siete radares fijos informativos, los cuales agradecen el respeto de cada conductor que conduce según las reglas marcadas. Estos radares pedagógicos se localizan en diferentes zonas estratégicas de la ciudad, sobre todo en aquellas donde es muy habitual que se superen los límites de velocidad, como en los aledaños de los colegios.
Con este tipo de radar se busca la concienciación sobre el respeto de las normas de circulación, ya que es únicamente una cuestión de responsabilidad de los ciudadanos, y mediante el cual, podemos salvar multitud de vidas y provocar muchos menos accidentes que en la actualidad.
Si circulas por un tramo donde hay localizado uno de estos radares, podrás ver la palabra «peligro» si estás superando los límites de velocidad de esa vía. En cambio, si lo estás respetando, te indicará un amable «gracias». Con el paso del tiempo, se está demostrando que la instalación de estos radares está provocando una disminución de los incumplimientos de estos límites, ya que los conductores circulan mejor y sin necesidad de ser multados.
En definitiva, los radares dobles tienen una clara diferencia con respecto a los radares pedagógicos, su fin penalizador.